que en la oscuridad
te encontré.
En ese extraño sueño
hice mío tu cuerpo y
tu fuego entero
ardió a mi costado,
Pero al amanecer
el sueño acabo
y solo un recuerdo
de ti me quedo.
Otra mañana fría
que he despertado
con mi cama vacía
sin mi rey mi lado.
Locos amantes
que se ocultan felices.
Escondidos, enredados
en la pasión y el deseo,
en silencios y gemidos,
en miradas tiernas
y dulces besos.
Le das todo,
pero dejas muy poco.
Pues solo puede mirarte
y solo puede tenerte
en la cómplice penumbra
de una oscura noche.
Del amor ya no se nada.
Del dolor marcas que enseñan:
Que es solo una quimera
que nos ciega y adormece
que traiciona, miente y condena.
Del amor débiles sombras:
Que se esfuman con el tiempo,
que penetran en el alma y el cuerpo
que se van desaparecen, vuelan,
que nos dejan solo recuerdos.
Del amor, la costumbre en el tiempo
Del dolor, la valentía y la fuerza.
Desde el plano terrenal
me levantaste en el deseo,
consumiéndote en mi fuego
mientras cumplías tu sueño.
Conociendo los placeres;
¡Mi Rey! ¡Mí Rey!;
de tu ardiente cuerpo,
me llevaste desde el cielo
hasta el fuego del infierno.
Monarca de mis pasiones,
mi Rey eres mío,
solamente en mis sueños.
Tú eres libre, yo tengo dueño.
Tú me quieres, yo te deseo.
Aun siento tu aroma, tu piel
todo tu cuerpo.
Que ocurra otra vez
mi carne y mi alma pide,
saciarse de ti
y tú de mis medios.
Disfruto la paz de mi alma aun cuando estando afligida encuentra sosiego en cada fibra latente de mi vivo cuerpo. Disfruto mi vida, mi pi...
