Hay un cementerio en mi pecho,
lleno de tumbas olvidadas
y colmado de tristezas.
Un lugar frío y oscuro te acoge,
como el frío de tu silencio.
Las flores negras que dejaste,
decoran tu nombre y mi lecho.
Lápidas antiguas
que recuerdan el engaño,
el dolor, la pasión
y tu cuerpo.
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