Ya olvide tu voz,
que recorrió mi oído
que llegó a mi alma,
se ha quedado muda.
Ya olvide tu olor,
esa leve sustancia
que percibí al instante
que te tuve cerca.
Ya olvide tus ojos,
espejos claros y tristes
que absorbieron mi alma
y calentaron mi cuerpo.
Ya olvide tus manos,
conquistadoras salvajes
de las regiones desoladas
que tenía mi cuerpo.
Ya olvide tus besos,
que atacaban con pasión
como león hambriento
mi boca, mis senos, mi cuerpo.
Y me digo, y quiero creer
que ya te olvide,
cada vez que viene a mi
tu intenso y dulce recuerdo.
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